Veronica Amador Merida

CUANDO EL AMOR SE QUITA EL SOMBRERO

 

El es un hombre honesto, sencillo

manso como cordero que recibe la caricia de su pastor

es humilde, paciente, trabajador

amante de los verdes campos, muy tranquilo.

 

Ella a veces es soñadora,

inquieta como las aguas del mar en movimiento

emprendedora, con una pizca de orgullo

amante de los libros, con ansias de superación.

 

El esperaba encontrar en su alma gemela

una compañera dócil, pero valiente en la adversidad

ella buscaba algo igual

un soñador, inteligente y listo, su hombre ideal.

 

El AMOR se quito el sombrero riéndose de ambos

linaje, ocupaciones, edad, gustos, no tomó en cuenta

solo pensó en que ambos eran criaturas humanas

y un rojo atardecer decidió enlazar sus almas.

 

Ella iba de uniforme

colgando de un bolso sus libros,

él se dirigía al hogar llevando una cesta de  frutas,

había pasado el día recogiéndolas del campo

bajo un sol abrasador que le obsequio una piel morena.

 

Soy estudiante, dijo ella con la mirada firme

soy un labrador dijo él, con los ojos humildes

ella se enamoró de la paz que encontró en su alma

y él se perdió en los laberinto construidos  por los sueños locos de ella.

 

Suspiró feliz, al verlos juntos sonreír

una vez más venció diferencias y críticas,

cumplió su misión, dió vida a dos corazones necesitados de amor,

cantando se va a tejer una nueva historia de amor.

 

Oh!…casi olvidó su sombrero

….su fiel compañero, cada ves que se lo quita

caen un par  corazones rendidos a sus pies,

calmaos todos…..otra vez lo lleva puesto hasta una nueva ocasión.

 

Por: Verónica Amador Mérida