ELPRINCIPIANTE

ELLA AMA... (creanme, yo sé porque se los digo)

 

 

Las estrellas son aristas de luz en sus manos,

ella ama,

y deshoja entre sus dedos

la esperanza…

de pie frente a la noche se para

y mira en sus pupilas un brillo arcano,

un resplandor que irradia desde su alma

en cuarzos cristales de nostalgia. 

 

Ella ama…

su aliento es flor de harina

que se amansa en fragancia,

su esencia sólo es…

un numen de universo

que enhebra los planetas que le aguardan.

 

Ella ama…

y se pierde en el tiempo

dormitando,

escapándose al éter, a las alturas

en busca de aquel ser

que tanto anhela.

 

El causante de penas,

de tristezas,

de amargas amarguras

y de sus noches largas.

 

El ser que a ella le ama…

 

Cierra sus ojos de nuevo

y se imagina…

recostada en su pecho

hecho de nubes,

entrelazada

entre sus manos tibias,

palpando en ellas su figura agreste,

su pelo, su cintura despoblada,

sintiendo su sudor bajarle por su espalda fría,

su amor que en cada poro emana vida,

su olor, su suave olor que la engalana.

 

Ella ama…

y sabe que sus nubes

son vapor de agua…

cual el dolor extrajo/

de su vientre sin calma.

 

Ella sabe que el día es homicida,

que cuando sale el sol muere su vida

que acaba el sueño aunque su noche es larga,

y espera en la ventana aun renuente

a su presente suerte

que le toca vivir con tantas ganas.

 

Deshojando orquídeas y margaritas,

contando estrellas en su fugaz sonrisa,

sin emitir siquiera unas palabras…

 

Lo sé porque la he visto tantas veces

después, y mas allá del horizonte

y en su mirada azul tan sólo escucho

el poco brillo que no dice mucho,

pero entendí que dijo ‘que a mi... me amaba’.