romeo14

Delirio del Conde de Montecristo

 

La noche, qué larga es.

 

Y qué larga la vida.

 

Derramado en el suelo

 

pudro las horas y supuro

 

los muy hermosos venenos

 

que nos hicieron reír a gritos.

 

 

 

Veintidós mil láminas minerales,

 

mujer pantera que habita la noche y la devora,

 

forman tu cristalino y mi cárcel;

 

betas filosas de tus deseos homicidas

 

que cuento y que nombro como única verdad.

 

 

 

A veces me suspendo en el vacío

 

y vuelvo de allí lleno de heridas,

 

extenuado, balbuceando, muerto de frío.

 

 

 

Otras me descubro a traición

 

soñando contra mí mismo:

 

liberado de mi prisión sin salida

 

llego por fin a mi prisión sin salida.

 

 

 

Es ésta la naturaleza misteriosa de tus ojos.

 

 

 

(La tarde eterna,

 

la vida, qué larga es.

 

Y a qué largo amanecer

 

se asirá mi cuerpo leve

 

por fin libre)