Eres sonido,
mecánica vital;
acomodas mi estar con tus silbidos.
Eres cristal
por la fragilidad del palpito;
tallado por el trote agitado de la vida.
Tu urna es mi cuerpo.
Tu cadencia se sustenta de la combinación de misterios,
y verdaderamente tu tiempo,
se mide con las huellas que quedan como cicatriz,
las cuales elabora proveyendo el destino.
Como practica herramienta;
transportas el rubí licuado por grutas y cavernas.
Como esencia espiritual,
instrumentalmente afinas
las cuerdas del sentir ácido o dulce,
la alegría y el llanto,
el amor y el dolor,
la inocencia y el espanto.
No desprecias ningún elemento,
abundas en la existencia,
se aúnan en tu compás los dos hemisferios.
Emocional conversas,
te precipitas hacia el continuo diálogo.
Eres como una isla aposentada en un rincón céntrico,
punto que abastece de cardinales,
asoma ilusiones y llega hasta el alma.
Sostienes toda calma y tormenta,
enclavado entre respiros, sed de aire,
dentro del puerto que es mi pecho.
Cuando te ensueño llegas a ser;
un soplo en la danza del aire,
la húmeda nube
que arreciando sobre mi cabeza ensalza los olores.
Me satisface poder decirlo:
Mis sentidos; alma, cuerpo y espíritu...
dependen de ti.
318-omu G.S. (Bcn-2012)