Idoia

II


En un rancio mercadillo

donde todo se compra y se vende,

donde los precios se susurran

entre mercaderías nuevas y viejas

expuestas en tenderetes improvisados

que no guardan del frío ni del hambre,

encontré una verdad de saldo,

y me la puse.

Nadie se ha dado cuenta,

creo que está pasada de moda.