Henry V

Amazonìa

A Heliem


Amazonía

 

Te despojé  del nombre

 Que ensordecía mi conciencia

  Con sus ecos de niñez

Y te nombré Amazonía

Como  la selva de tu sangre.

 

Amazonía,  tierra de luz y furia:

 

Hundiré la semilla del beso 

En todas tus humedades;

Maduraré tus frutos

Con el Sol de un sueño

Donde tú seas la luna.

 

Libertaré tus manos de su jaula,

Trinarán las notas de mi piel

Y anidarán  la fronda de mi pecho.

 

Conocerás la estación del delirio

Después de tantas primaveras fallidas;

Nacerán flores  nuevas  en tus ojos,

Aromas distintos en tu melena  de cascada tibia

Y frutas exóticas en tu boca.

 

Anclaré el Galeón de la alquimia

En cada uno de tus mares.

Derrumbaré tus murallas de rituales viejos

Con estallidos de aventura;

Me abrazaras como la muerte a la guerra

 Y Musitarás con jadeo de volcán:

“Amarra en mi isla y embriágala del anís de tu boca”

Haré un altar en   la cúpula de tu pecho

E invocaré perpetuidad para tu incipiente paraíso.

Romperemos todo indicio de clemencia o conato de disculpa

Y haremos un solo pecado, de una sola carne.


Ian Henry v