De: Una mujer llamada Irlia parte 2
Se siente tan distinta; 
A veces con un toque de amargor, 
Es como una lágrima cayendo 
Sobre la hoja seca; 
Sus manos pétalos de rosa 
Que van cayendo, 
Dibujando la tristeza cuando 
El viento se las lleva 
No hay lugar en el que ella no quepa, 
Es el delirio del sol 
Cuando se aleja, 
La estrella en la noche más oscura 
Y el canto de las aves 
Cuando amanece. 
Su amor seria el de un niño 
Amando a otro niño, 
Sus cabellos el breve rose 
De un brisa tocando la mejilla, 
Sus labios un atardecer al mar 
Que lleva a la melancolía, 
Su rostro un horizonte 
Perdiéndose hacia donde nadie llega. 
Yo beso la rosa perfumada  y bella, 
Huelo sus pétalos porque 
Tienen toda fragancia de ella; 
Toco el agua cristalina y pura 
Donde el viento calido con su voz 
Me murmura; 
 
Yo escucho el silencioso 
Sonido del amor, 
Donde se cristaliza la mujer inmortal 
Parada esta ella bajo 
La sombra del desamor; 
Y no puedo amarme para amarla 
Y siento que sin mi, ella 
Esta mejor. 
Autor: Francisco De Tescia