Ernes

Tu grito era una mano gigante...

Tu grito era una mano gigante que me cerraba la boca

los pájaros lloraban la desventura del otoño

sepultando las alas bajo sus suaves cantos…

 

Corazones y huesos destrozados

caminaban volando con olor a llanto

los niños despertaban con dulces, tibios,

abrazados de recuerdos abandonados.