omu

Tu gracia está en ser nacimiento

 

 

Eficaz la muerte,

para nada cruel,

o voraz asesina.

La muerte es fiel amante,

nunca se acerca al ocaso,

saca un inicio del fin,

transmuta la vida.

 

 

Besaré- de seguro- tu mortal episodio,

pero hoy, aquí pido salvas

que te salvaguarden la memoria.

Recuerda...no te extravíes;

sé condescendiente y prosigue existencial.

Te pido, quiero que, con tu guadaña procrees.

Repártanse generaciones venideras,

con respeto lleven tu apellido.

Proclámate hermana del nuevo día.

La obsolescencia cabría en el planeta

si tu faltaras a la cita.

 

Engañoso, tu gesto,

puede hacer mal creer que otorgas:

la quietud oscura,

una parada en las tinieblas,

la prosa recargada; exenta de verbos,

la quiebra de los actos, la cárcel,

solamente un rellano repleto de estática solitud.

Cuando en realidad eres la dama

como los ladrones de Alí Baba...

que abre el sésamo dando

las mil y una noches con infinidad de movimientos.

 

 

Humo...madera quemada.

Estiércol...digestión del alimento.

Marrones y verdes,

ramas rotas y liadas; la primavera y el invierno.

Tras la creencia del desastre...la floración encadenada.

 

 

Futuro es la muerte; prolongación.

Un símbolo matemático:

el después, la multiplicación.

El infinito y su imposible numeración,

 

 

Preguntarse por ella es perderse naciendo:

en el recorrido de una pompa de jabón,

en la efervescencia de los sueños de un niño.

Por los latidos del corazón de un árbol,

por las gotas de agua salada que salta un delfín.

Por el tiempo que dura una huella

en la arena coralina de una orilla,

al borde de la espuma de una playa.

Trigo y centeno...pan sobre la mesa.

Abono terrenal; sus cereales restos al viento

Prodigio desde la parte difunta para el universo, desde la tierra.

 

 

Muerte, dispuesta está en ti toda la intensidad del color,

aunque algunas culturas te disfracen de penas y negro.

Eres un epílogo que pronuncia una eternidad de prólogos.

 

 

318-omu G.S. (BCN-2012)