Diaz Valero Alejandro José

El celador dormido (Fábula)

Había un festejo

de gran proporción

y nombraron al conejo

de gran celador.

 

Que estuviera alerta

y cuidara todo

para no ser presa

cuando llegue el lobo.

 

Y el cansado conejo

no les ha cumplido

en pleno festejo

se quedó dormido.

 

El lobo fingiendo ser un lerdo

comió burro y comió vaca;

comió pájaros y ciervos,

y también algunas guacharacas.

 

Y aunque el lobo estaba viejo

no había perdido el apetito,

y se comió de postre al conejo

que por cierto estaba exquisito.

 

Cuando el trabajo asignado

también a ti te compromete,

hazlo con más cuidado:

Amigo, no seas zoquete.


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AUTOR: Alejandro J. Diaz Valero
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Maracaibo, Venezuela