Margarita Isaias

Ya no más!

 

Mi cuerpo verde por el musgo que lo cubre, se desliza penosamente por el fango lleno de diminutos bichos que laceran mi piel. De algún modo las algas que se adhieren también a mis extremidades, me protegen un poco. Llevo muchos años habitando este lugar, no quiero ir a otro lado. Estuve ya en un  mundo donde el hombre sólo sabía matar, robar, mentir, traicionar. Un mundo en el que el poderoso es el amo, donde el dinero compra conciencias. No había hombre que no tuviera precio. Por eso estoy mejor aquí, en la obscuridad de esta fría y desolada caverna. Aquí sé qué esperar de estos bichos come-fango, aquí no debo cuidar mis espaldas de una estocada. Si, es verdad, tampoco soy feliz pero vivo tranquila alejada de la inmundicia humana, de la codicia de los gobernantes. No quiero volver a sentir la impotencia al ver los noticieros; niños muriendo de hambre, mujeres cuyos huesos son sólo cubiertos por piel flácida, debido a la hambruna. No, ya no quiero ver eso!  No quiero volver a ver a otro niño  desmembrados a causa de una bomba o de la explosión de una mina. Ya no más. Ya no más.