Oliver Queen

tú térsa y blanca piel

Doy vueltas en medio de la nada

extrañandote,

Anhelándote,  Deseandote

Mi piel extraña tu cuerpo perfecto

El fuego de tus labios rosas

 

Pasa el tiempo y la distancia

 Y mi piel más te desea

Esa piel blanca y térsa

Suave y firme como la seda

Fresca y fragante Como un rosal

 

Esa piel que me embriága

Que me enloquece

esa blanca piel que cubre cada curva

Cada pliegue De tü cuerpo perfecto

Forjado en la infinidad de lo eterno

 

De esos labios Que rozan

Con lo celestial en tí, mi alma canta

En tú piel se recrea mi ser

En tus pechos, Esos pechos perfectos

Reposan mis deseos de nuevos tiempos

 

En la cuna de tü vientre

Ese vientre de fuego

Descansan la razón De mis anhelos

En tí se funde la fuerza de los elementos

En tí el cosmos canta

 

Con la distancia y el tiempo

Extraño más Tú térsa y blanca piel

Esa piel que me embriága y me enloquecé,

Que se adueña de mis pensamientos

mientras se funde en una sola al contacto de nuestros cuerpos

 

De esos muslos Perfectos

Que se convierten en mi remansó

Tus labios, esos labios carmin

Dulces como el almibar

Refrescan mi alma Y sanan este viejo

Y cansado Corazón...

 

Es que mientras más tiempo pasa

Y más lejos estoy

Extraño Esa piel blanca como la luna

Térsa como la seda

Fragante y fresca Como el rosal

 

Esa piel que me embriága y me Enloquece

En la cual descubro El verdadero Sentido de la vida

Mientras tus labios carmin

Me besan Y me reflejo en tus profundos ojos color miel