Caricias de mi cuerpo que roza tu piel,
deslizándose suavemente
por los poros de tu hermosa desnudez,
entre los aromas del deseo
y sentidos gemidos de placer.
Suspiros de tus labios ardientes
que envuelven mis labios de miel,
entre gotas que brotan silentes
de tu excitante cuerpo sediento,
hasta quedar sin aliento
en la dulzura de tu calidez.
Nuestros cuerpos fundidos
se estremecen enajenados,
masticando el perfume amado
que se evapora palpitante y sentido,
con la pasión del puro sentimiento,
para beber de la fuente del amor pleno,
hasta quedar atrapados en un mar fuego
y arrancar el profundo gozo
colmado en el silencio.