Avila

Tu cuerpo

 La textura de la noche flota, desliza y viaja,

por tus pechos como hielo seco, que se convierten 

en manos que aprietan y pellizcan.

 

La noche parece aliento frió, que baja

como catarata y que se convierten

en dedos penetrantes juguetones como

pasto al viento.

 

Se siente tu piel húmeda como briza,

parece piedra al rió, reflejo de luna.

 

Sabes a sal, pasión y amor

el lamberte y el verte. Como

tus labios se inchan hacia la pasión

y como te abres hacia la vida.