valentino arrabal

Amiga mía

Cuando te conocí

esculpía una flor sobre una roca

cuán dificil era para mí

un ciego como yo

torpe de manos

y de ingenuo corazón

darme cuenta de que te fijabas en mí,

yo que un día juré

no volverme a enamorar nunca más

y que fue por amor

que un día quede ciego,

porque a la que una vez amé

me quitó la luz que alubraba mi destino

y desterró mi corazón

 al más oscuro destierro,

y desde ese momento

fuí un errático aventurero

capaz de subastar su corazón

a la más cara de las mujeres

para acabar hundido

miserablemente después

en el desamor,

yo que alguna vez tuve ojos para ilusionarme

con el toque de unas manos

o con la inocencia de una sonrisa;

pero ahora apareciste tú

cuando apenas podía sentir mis manos

en esa fria roca

y me hablabas de amor

y de como lo imposible

se podía hacer real;

y poco a poco fue creciendo mi fe en ti

y fuí poniéndole corazón

a todo lo que mis manos

podían tocar,

y de esa manera pude sentir y contemplar

finalmente

la mejor flor que pude ver a través de ti

y me volví a enamorar.