Hay una silla vacía,
Una mesa sin mantel,
Una cocina sucia,
Un jardín sin flores,
Una sala desarreglada,
Una mascota con hambre,
Una cama abandonada,
Un hombre sin mujer…
Y todo es por culpa tuya,
Me la quistaste con astucia,
Conocías todo de mí por ella,
Y aun así me la arrebataste,
Qué clase de amigo eras,
Si me quitaste lo único de vida,
Diciéndole cuanto yo la quería,
Sabías que de ti se enamoraría,
Eres mío, pero no tienes sentimientos,
Le causaste a mi cuerpo este sufrimiento.
En la misma silla tú la encendías,
En la misma mesa le quitabas el sostén,
En la misma cocina la veías desnuda,
En el mismo jardín se besaban sin fin,
En la misma sala tu lengua la gozaba,
Delante de mi mascota tiraban la ropa,
En la misma cama tú la azotabas,
Eras tú con nuestra propia mujer…
Todo es por culpa mía,
Mientras tú la amabas yo lo dudaba,
Mientras yo decía conocerla tú la deseabas,
Mientras yo quería quererla ya ella por ti lo hacía,
Como es que siendo dueño tuyo querido amigo,
Fui tan tonto y ciego de no amarla contigo,
Me alegra querido Corazón que la quieras más que yo,
Esta es una lección que mi amor por ella fortalecerá,
Todo es gracias a ti que la amaste sin cobardía y con verdad.