ALVARO J. MARQUEZ

A CIERTA EDAD...

"Bendita mi madurez si la adorna tu juventud/ y mi alma que por ti clama./ Benditos mis sueños si en ellos estás tú./ Bendito mi corazón que te ama".


A cierta edad los amores son de verdad,

por estar “contaminados” de inocencia

y nada importa lo que opina la sociedad,

no es suficiente para manchar su esencia.

 

A cierta edad todos somos más sinceros

por ser mucho más puro lo que sentimos,

más creíbles los te amo, los “te quieros”,

aunque en muchos casos ya ni lo decimos.

 

A cierta edad el sexo aún no es importante

y podemos prescindir de él sin problemas,

no hay riesgos de celos o de algún amante,

ni hay que preguntar para quién son los poemas.

 

A cierta edad los besos son muy inocentes

y la compañía de la persona es más hermosa,

sólo compartir es la idea en nuestras mentes

y no pensamos en sexo, pensamos en otra cosa.


A cierta edad no aprendemos a ser perversos

y la inocencia en nuestros juegos prevalece,

podemos aprender quizás a componer versos

y no nos preocupará que alguien no nos bese.

 

A cierta edad una canción sólo nos hace dormir

y nunca despierta en nosotros otras pasiones...

nos preocupamos por lo más esencial, por vivir

y parece que dejamos la pasión para otras ocasiones.

 

A cierta edad con muñecos de plástico jugamos

a la mamá y al papá pero sin caer en el exceso...

Jugar mucho con muñecos así lo disfrutamos,

aunque luego nos gusten los de carne y hueso.

 

A cierta edad quererse es más limpio, más bonito,

un cariño que de verdad está ahí, que no se inventa,

puede ser muy grande y hasta llegar a ser infinito

y amarnos con el alma y ni siquiera darnos cuenta.