Horacio Páramo

Río de carne blanca

Crujientes flores,

árboles tibios,

mariposas que aullan.

Melancólica piel que duerme,

libros sepultados,

pezones con pétalos,

calles sin pisos,

los senos de la luna

y el semen del solo que aún no llega.

Tu amor que me muerde

y ese espacio tuyo

que a mí me mira.

Te escribo a ti

la de ojos fijos,

río de carne blanca.

Si te pido que me mates

ámame

y si te pido que me ames

mátame.

Ahora mira bien y entiende,

que yo deseo estar muerto.