Este no es un poema, es un sentimiento de prosa disfrazado...
por que te he mencionado que no necesito describir en líneas
lo que mi corazón vive hoy a tu lado,
y no es un poema ya que te he prometido
que en el latido de este corazón no habrá gritos de un té amo.
Es solo que necesito desahogar la alegría que guardo desde hace
algunas noches, no solo en las fundas de mi almohada
si no también en la sonrisa con la que nos acariciamos cuando invocamos
los susurros de cada madrugada.
He aprendido a ser huracán, respiración que se duerme en un pecho,
desvelo dulce, temblor de labios... me has enseñado que soy un beso en mujer encarnado
soy un beso que abraza, que resbala por tu cuello, que cosquillea en tus entrañas,
soy un beso que te inunda con palabras, que se esconde en tu voz entrecortada, soy un beso que se enreda en tu dulce despertar esta mañana.
Soy el beso que nunca dirá que te ama, por que no lo necesita
se sabe en el bolsillo de tu pecho y sale acompañarte
a tu vida cotidiana, sabes que este beso a de seguirte y su voz podrá estremecerte
no-solo el cuerpo, saldrá a los encuentros invocados de vidas pasadas,
me he vuelto beso eterno para ti, beso paciente dibujado entre sabanas que se queda esperándote
en silencio para que tu le describas con silencios los colores del alba.
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