Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Junio del 2011.
Roberto Reyes Cortés.
5o.reyes.
rreyescortes@hotmail.com
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Ahora que el corazón
se ha destrozado
de tanto transitar
el camino equivocado,
quisiera como nunca
regresar a mis recuerdos
que me vieran solitario
partir una mañana
con un montón de sueños
cargados en mi espalda.
Qué de caminos andados,
cuántos muertos enterrados,
que de cartas que no he enviado,
cuantos versos que enmudecen
y se ahogaron con el tiempo.
Las pasiones asomadas
que pasaron simplemente
y que no dejaron huella,
porque no estabas en ellas.
Los romances en la noche.
El dolor de la partida,
El adiós sin un reproche;
que profundiza la herida.
Los encuentros vespertinos
al final de las esquinas,
citas cortas en tu alcoba
que se vuelven de rutina.
Es angustia de la lluvia,
por las flores marchitadas,
un adiós tan repentino,
que nos deja ya sin nada.
Una tierna madrugada,
que te encuentra desvelada;
los latidos en la noche
por la cita cancelada.
La amargura de la ausencia
porque se ha muerto la tarde,
y porque con ella ha partido,
quien un día dijo amarme.
Ahora solo en el recuento,
de mis horas de desvelo,
con el cuerpo desgajado,
estoy llorando de celos
esperando que regreses
y me devuelvas el cielo.
Pero ahora nada tengo,
soy un pobre abandonado
que se busca en tu mirada,
pero ya no encuentra nada.
Se perdieron las canciones,
se marchó la que yo amaba,
solo queda en la penumbra
como sonaba su risa,
y en el fuego de la casa,
pocos restos de ceniza.
Ahora siento que mi alma
con el frío y tempestad
se derrumba en la barranca,
y mi mundo es soledad.
El ruiseñor ya no canta
en las márgenes del río
ni la alondra se levanta,
y ya no hace ningún ruido.
Por la pena que hoy lastima
a mi corazón cobarde,
el que ahora ya no rima
porque siempre quiso amarte.
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