ANEUDIS PEREZ

EL FUEGO DE LA VIDA (reflexión profunda)

EL FUEGO DE LA VIDA

 

Como pequeña llama todo empieza,

encendida en lo alto por el centinela supremo

y al viento de los años se va expandiendo…

tornándose de azul a rojo intenso,

consumiendo poco a poco

el cirio que la anima

y le deja tiritar en el silencio.

 

Aire, viento, huracanes, olas de mares voladores…

tratando de segar su aurora;

como guerrero acorralado se defiende/

a diestra y a siniestra

enemigos la sitian

en espera omitida

suavizando cadenas.

 

Vaivén vertical, columpiándose siempre

en el claroscuro del tiempo,

cronometrando cada segundo de su escasa vida…

testigo de ocasos, de amaneceres tiernos, de mucha lluvia/

mas el cruel pesimismo del sueño

quiere cerrarle los ojos,

y a lo lejos se oye ecuestre

montada en el viento –la pérfida-

aquella que viene por lo suyo.

 

Y llega el invierno, el coma de ensueño,

el que todo lo enfría…

y aquella llama que fulgió entre el hierro

se da su último clavado,

sin querer su alba mojarse,

pero es tarde ya.

 

 

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