Guillermo Sánchez

Refrescante.

Es abochornante y pálida
la calle a veces,
al igual que mi reflejo
en las vitrinas de cosas
que nunca sentirán.
 

Aborrezco estas tardes
y sus distancias.
Transido se me dificulta respirar,
entre tanta desilusión, algún
aroma esperanzador;
esperanzador hasta la
locura y que refresque
el pecho como el sabor
de su boca
que tiñe de nuevo
mi blanquecina tez
de color...