starosta

INCENDIO

Soy el reflejo de un hombre que existió

A la vera de espantos y vigilias,

Eres la luz dando de lleno en mi pellejo

Aterido y desgarrado de dolor.

Él es el árbol, la simiente testaruda,

Que brota, se hace verde, se desmadra.

Somos estruendo, somos acero, somos rabia

Esperando, sin paciencia, hacerse oír.

Vosotros sois tan solo los demás:

Los cómodos, los frescos, los felices.

Ellos conocen las casas, saben los lugares

Que muy pronto el fuego va a abrasar.