monchi67

Sol y Luna…Cielo y Tierra…Ella y yo

Sé en quien piensas. Dijo una voz ronca y humilde.

¿Me ayudaría a encontrarla? Le pregunto el muchacho.

- ¿Para qué quiere estar con ella?

- Solo necesito verla una vez más.

- Aunque pudiera no lo ayudaría.

- ¿Por qué?

- Muero de envidia, pues su luz brilla más que la mía.

- No se enoje usted señor Sol, pero desde que conocí la sonrisa de ella, prefiero su luz a la suya.

Y enojado el Sol adelanto su puesta y en un rojo atardecer se marchó.

 

A mí no me mire que tampoco voy a ayudarlo, dijo una voz suave y amable.

¿Por qué no? Le pregunto el muchacho.

- Muero de envidia cada vez que la veo, pues su belleza es más que la mía.  

-No se enoje usted señorita Luna, pero desde que la conocí, prefiero su belleza a la suya.

Y enojada la Luna adelanto su partida y en un colorido amanecer se dejó ir.

 

¿Otra vez usted? Dijo el Sol.

 No se vaya señor Sol. Le rogo el muchacho.

- ¿Para qué quiere que me quede? Para que me humille otra vez.

- Entiéndame, sé que alguna vez usted se enamoró.

- No quiero hablar de eso.

Y tapo su cara con un manto de nubes.

 

Si supiera como ayudarlo lo haría. Dijo esta nueva voz de fondo

Y ¿Por qué dice que no puede ayudarme si no lo ha intentado? Le argumento el muchacho

- No tengo nada que envidiar de ella y simplemente no sé cómo.  

- No se enoje usted señor Cielo pero prefiero su suavidad a la suya.

Y en un arrebato de ira hizo llover para que el muchacho no pudiera alzar la vista y verlo.

 

Gracias. Dijo con alegría una voz diferente

¿Por qué gracias? Pregunto interesado el muchacho

- Sé que cualquier virtud que yo tenga, ella la tiene y vas a preferir la de ella, me hubiera enojado si hubiera hablado conmigo primero, hubiera hecho templar con fuerza, pero lo entiendo hace mucho el Cielo y yo estuvimos enamorados, juntos, hasta que por decisión de Dios tuvimos que separarnos y condenados a estar separados, solo a mirarnos. Y hoy el Cielo envidioso como es, recordó lo que siente por mí e hizo llover y hoy me beso como nunca lo había hecho.

- Así como el Cielo la ama a usted, quiero amarla a ella.

- Ya lo hace, no cualquiera encuentra la forma de hacer que el Cielo logre besar a la Tierra haciendo que el Cielo sienta que alguien ama más a una chica que el a mí.

- Ahora que sabe de mi amor hacia ella ¿Me ayudara?

- Déjame ver qué puedo hacer.

En eso el Sol triste, desapareció en un lúgubre atardecer.

 

Todavía estoy enojada con usted. Dijo la Luna.

No se vaya señora Luna. Le rogo el muchacho.

- No quiero nada con usted.  

- Entiéndame, sé que dio todo por alguien aunque así no la quisieran.

- Deja el tema que no hablare de eso.

Y soplo y soplo y con un gran viento envolvió la noche hasta que se fue con el amanecer.

 

Gracias. Dijo el sol.

¿A dónde dejo el enojo así a mí? Pregunto interesado el muchacho.

-Lo perdí, cuando a mi cara rozo el viento de mi Luna, que destinados a estar en lados opuestos por voluntad de Dios, se olvidó de mi amor hacia ella y a pesar de que le doy mi luz  no era suficiente, hasta que usted le recordó lo que un día sintió y la hizo soplar hasta que llego a mí y se dio cuenta que nunca es tarde cuando se ama de verdad para sentir y decir las palabras más bellas que alguien puede escuchar.

- Así como la Luna lo ama a usted quiero amarla a ella.

- Ya lo hace, no cualquiera con el amor hacia otra persona le hace recordar a la Luna cuanto la amo y lo que ella siente por mí, no cualquiera hace que la Luna salga un poco antes del anochecer para que nos veamos un rato.

- Ahora que sabe de mi amor hacia ella ¿Me ayudara?

- Déjame ver qué puedo hacer.

 

Ya hable con el Cielo. Dijo la Tierra  

¿Qué dijo? Pregunto entusiasmado el muchacho.

-Que la próxima vez que ella venga como de costumbre y nos pregunte haremos llover y le diremos que cuente las gotas y será dará cuenta de cuanto usted la ama. Así como yo amo al Cielo y el Cielo me ama a mí.

 

Y yo ya hable con la Luna. Dijo el Sol

¿Qué dijo? Pregunto entusiasmado el muchacho.

- Que la próxima vez que ella venga como de costumbre y nos pregunte haremos que haga viento y le diremos que intente abrazar al viento y será dará cuenta que su amor por ella es así de grande que no lo puede abrazar por completo. Así como yo amo a la Luna y la Luna me ama a mí.

 

 No se enojen Señores y Señoras pero el amor que siento por ella es más grande que el que sienten entre ustedes. Dijo con una sonrisa inigualable el muchacho.

Lo sabemos. Dijeron la Luna y el Sol, la Tierra y el Cielo.

- Ahora que lo saben y lo sé, quiero pedirles un favor antes de morir.

- Dinos que con seguridad lo haremos.

- Háganme viento y lluvia para ir hoy hacia ella y susurrarle al oído los mejores y más dulces versos y despacio besarla como nunca antes lo había hecho. Hacerle saber que como Sol y Luna, Cielo y Tierra, Ella y Yo por ahora estamos condenados a estar en distintos lados, pero que aun así me podrá sentir en la lluvia, me podrá escuchar en el viento.