Albin Lainez

las uvas del mal

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En la cosecha de ciertas

uvas tolerantes a las ventiscas

podrá la sabia mano del aldeano

descubrir un jugo violeta

que agota árboles solitarios

cubriéndolos con flores de ceniza

 

este fenómeno silvestre

no es de fácil acopio

ya que sólo destaca cuando

una mesa muda y arcaica

soporta las yemas encanecidas

 

dicen que se debe tener

extremo cuidado

pues aquel mortal incauto

que torne a beber el néctar

violáceo

cobrará foráneas memorias

que a refrendarlas no hallará

testigo dispuesto

e inmediatamente

ocupará sus fuerzas

en asuntos sin alba ni premio

 

cuídate también tú

errante del camino

al visitar estas comarcas

si alguien trae frutos secos

de los que extrae morado brebaje

diciendo que es el mejor vino

y además

te sienta en rancia mesa

silente

para distraerte con embriagante

conversación...

huye sin demora

pues se trata del ángel caído

que anida en los arrabales

de este abatido poblado

donde las uvas son

señales de otros inocentes

peregrinos quienes

por aceptar el convite

quedaron para siempre

condenados.

 

 

 

 

 Arlane