Oscar Perez

Prisma propio

Prisma propio

 

Acostumbrados al gerente frío,

al salteador, a la soltera triste

no vemos lo diverso en lo que existe

y el prejuicio nos niega el albedrío.

 

Así pues toda rosa no es estío

y el invierno en llorar ya no consiste,

más bien la lluvia es un árbol que asiste

con riego y frutos a nuestro albedrío.

 

Así en ninguno habrá sólo vacío,

nadie nació para no ser ni alpiste,

ni piedra o corazón o poderío.

 

Mira al otro, quizás nunca supiste

que a solas pudo estar y así, con brío,

su prisma propio dio a lo que no viste.

 

01 04 12