María de los Angeles Bastianelli

Silencio y oscuridad

No hay magia ya.

Ya no se eriza la piel.

Acabado el día, el cielo es oscuro

... muy oscuro

Todo está cerrado, frío, húmedo

No suena tu voz

Tampoco mis fibras se inmutan

La llama se apagó

y mis mejillas se mojan,

una y otra vez  sin  que medie la calma

Te siento tan lejos

Dónde estás Señor  

ya no te veo

no te siento

ni percibo

Me he quedado en silencio

a oscuras

sin tí