Eduardo Torres Isleño

Mi juventud en tiempos de 2012

No me juzguen si lo que escribo no se entiende

no me pregunten porque estoy triste todo el tiempo

no me miren para reírse de quien soy

no me receten pócimas o hierbas

no me busquen para vomitar

no me recuerden que no tengo libertad, como ustedes,

caminos limpios, lisos, resbalosos,

no me recuerden que tengo que ocultarme

de los ojos de ella, que se la pasa siempre sin verme.

 

Que tristeza, la de las ventanas sin arboles

los arboles sin pájaros

los pájaros sin hospitales

los hospitales sin llovizna

la llovizna sin tierra

la tierra sin zapatos

los zapatos sin hierba

la hierba sin sangre,

que tristeza la mía,

que tristeza molesta, como un aguijón

que triste es ser Eduardo Torres Isleño.