clonariel

MEMORIAS DEL CAMPO

Cuando por el campo paseamos


el viento nos abre llagas de mariposas,


nos desordena el cabello


como algas de la noche.


Delante nuestro potros de fuego


en su mañana desnuda van cabalgando.


 

El campo nos recibe con sorda raíz,


en su océano verde de silencio,


cada brizna de hierba pasado antiguo


resguarda. Otros pies antes que estos,


habitaron el tiempo de los tréboles,


transcurrieron días de delgado mineral.


 

La nieve y el trueno abrazaron


viejos trigos de despojado oro.


El crepúsculo abrió sus trenzas


de miel oscura tantas veces


que la tierra lentamente de estrellas


fue apagándose. Hubo más otoños.


 

Sólo queda la piadosa soledad,


territorio como abandonado libro,


espacio de papiros y relojes,


donde la única rosa del destino


abrió su vientre moribundo.


Hay planetas vacilantes sembrándose.