NicolasGranados

Cansados y absurdos

Amor mío, que cargas con mi pluma de ave de cielo bajo tu manto de paz, y agitas el velo de las noches enfermas de magia.

Amor, que llenas con tu mirada un mar de sueños y luces despreocupada colores nuevos que has desprendido seguramente del sol de mis mañanas.

Cuéntame por qué soltamos los hilos de esa cometa al sentir nuestras almas volar al compás del viento que aviva el fuego sublevado por nuestras siluetas.

Explícame esa sensación que nace al morir la conciencia, que aturde al tiempo hasta reducirlo a mera eternidad para nuestros cansados y absurdos cimientos de resistencia.

Sosiega una vez más mi ansiedad y olvidémoslo todo, gocemos del martirio mentiroso que confunde nuestros sentimientos al llegar el éxtasis divino de nuestra pasión.

Sintamos con los ojos cerrados lo que a simple vista podría interpretarse como un simple idilio y rindámonos por fin ante ello sin tener que pedir perdón.

Amor mío, que llegas libre al jardín de mi libertad y en él te quedas para nutrirlo con tus flores cada vez que me propongo renacer en el silencio.

Amor, déjame abrazarte en la negrura de la noche y tomar tu mano en la tibieza de las tardes celestes. Ignoremos por fin al reloj, y perdamos así nuestros miedos.