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Suma teológica


Fuera un mantra o el rezo hecho al sol o a tibia luna,
guarde el caminante la guía,
halle el astro que de buen rumbo,
mantenga seguro el timón.
Firmeza traiga y tenga su destino,
no sea ladina la suerte,
"seven eleven" para la ocasión.





¿Vive en todos los hombres Jesucristo?
Como carpintero sujeto a maderas,
que siembra las virutas que extrae con cepillo.
Olvidado como higuera de prender los frutos de la traición,
entre sus verdes manos salmos que conduzcan al precipicio.


Como un árbol dentro del bosque,
que productivo oxigena.
Le regala al día y quita a la noche.
Vive como elefante el cual reconoce,
recuerda el camino, la posición,
los estadios del alma,
la ubicación que prefiere; su lado.


Como verbo o sobrenombre.
Como actos: golpes o caricias.
Como playa, caracola, como complemento y sonido,
como alimento o el corcho
que dejándose llevar por la inercia flota.
Como sal o como azúcar sobre la vida.


Como clavo con raíces afincadas en esta tierra...
metal escondido en la roca;  vitamina que es mineral,
cual practica desde el estoicismo la introspección,
entremezclado con yeso, zafiros, diamantes y arena.


¿Tiene Buda algún vinculo con el cristianismo?
Vestidas con sari, de ambos las huellas,
juntas incineran con leña o entierran.
Queman, prendiendo el sándalo mediante el incienso.
Pretenden conducir, purificar los actos,
con versículos atrapados en la opulencia de sagrados libros;
cuyas palabras, hábiles se liberan de las hojas, de manuscritos,
y dejan de ser palabras,
y convertidas en gestos salen decididas de paseo.
Y con su porte acompasado, virtuoso y excelso,
reconvierten en triunfo los fracasos,
al seguir la claridad del mensaje, al inhalar
el aire que se esparce para degustar el sorbo dado con cada respiro.


¿Pudo Mahoma llevar en su cuello
un amuleto, que era -casual- un crucifijo?
Pues Él recorrió tanto y tanto,
el pasado con pies descalzos,
que agotó dejarse tan siquiera un oasis,
pues dedujo sobre las dudas
la simetría de los equiláteros.
Su hipnótico fue por miel de dátiles,
y de su seca comunión se produjo
la fusión, y añadirle mayor talento a las estrellas.
Besó la calidez unido a los anteriores,
cuando la ventisca de los tiempos se contaba
bajo el compas de ráfagas y surcos en constante movimiento,
donde la finura amarilla se precipitaba
cuales dunas sosteniendo la eternidad
y como cofre protegiendo las huellas de pisadas
escuchaban, a palmerales respondiendo,
silbarle su canción al viento.


¿Existe alguien tan seguro de la imprecisión con que se ejecuta,
que permanece inamomible sosteniendo la totalidad del ateísmo,
o baraja sin trampas, fielmente, los naípes del altruísmo?


Humano de fácil pisada,
de doble tropiezo,
de mueca marcada,
charlatán profundo.
¿Por qué quedan en la superficie tus hondas palabras?


Humano, te dan igual verdades explícitas, verdades veladas.
Cuántas veces te buscas, me busco...mas no te encuentras;
nos faltan actos y nos sobran palabras.
Nuestro mar sufre de desperdicios que porta el oleaje,
dispone de la contundencia sonora de truenos,
de la fugacida de relámpagos que tuercen el cielo al quebrarse,
tus aguas suceden desbocadas.
Descontrolada nunca se apacigua la furia,
impetuosa embiste puertas y descerraja ventanas,
golpeando las costas humedece equipajes,
con la brava agua de su marejada.


318-omu G.S (BCN-2012)