Tony Obando

Poemas muertos

Tengo miedo de tu mirada

de ese abstracto y pálido brillo

que en espejos rotos

convierte la alegría,

como menguante luna fría

que en invierno acaricia

los cabellos del viento.

No he encontrado palabra alguna

que pueda aniquilar amadamente

ese tormentoso silencio encajonado

entre cien paredes de roca pura.

Son tantos los poemas escritos,

y otros tantos los pensados,

todos vienen desde el vientre

trágicamente condenados,

paridos con una cuerda al cuello

que los destina a morir en el intento

como hombres sin patria,

como heroes desconocidos

como abrazo a soledades.

Tengo miedo mi niña,

de estas manos que sudan,

de no volver a enamorarme,

de enamorarme tan solo de tí,

de ser igual a mis poemas,

de morir sin oportunidad alguna,

de ser tan solo

poemas muertos.