Armando Cano

COMO UNA GRAN OLA

El día en que te conocí

me hubiera gustado tanto besar

uno a uno todos los lunares

de tu tersa piel. 

De haber podido, te juro,

lo hubiera hecho.

 

Besaría lentamente los lunares

de tu cuello, de tus hombros  

y tus pechos.

Besaría suavemente tus codos,

tus mejillas,

tus parpados y tu vientre.

 

Me eternizaría besando los lunares

que hay en tus caderas,

en tus dedos, tus labios y en tu frente;

en las aureolas de tus pezones,

y así entenderías las razones

de mi urgencia por amar.

 

Me agradaría que en verdad

esto si hubiera pasado,

para hundirme en el pecado

de tu boca besar.

Me gustaría, como una gran ola,

a hasta tu vida llegar.

 

 

 

© Armando Cano.