Es tu vientre solvente,
sostiene para el futuro
forjados, firmes pilares.
Amamanta al solsticio
y reboca los eclipses.
Mantiene verde la hierba,
frescas las estaciones,
dignará su trigo a la mesa
y saludará a los comensales.
Tu vientre ventea sobre la escena
con el vaivén de su abanico,
un universo crecido de posibilidades.
Es tu vientre ese palpito preciso,
en que me place acurrucarme,
en cual descanso menos de una decena,
escuchando tiernos latidos,
que contrastan palabras y sentidos,
y respiran de la tuya -humana mujer-
divina, vitalicia esencia.
Tu vientre teje un manto de tantos colores que:
el arco iris quiere cubrir con él,
obsoletos matices y abstractas definiciones.
El arco iris quiere ser jardinero
con el fruto de tu vientre;
domesticar este vergel:
abatir maleficios, restaurar muebles antiguos,
regar quimericas utopias,
regalar un mundo de satisfacciones.
Volumen de vientre sucedes,
porque desprendidas motas del universo quisieron,
asirse a tu ser componiendo
desde el tejado prolífico que es firmamento.
Y con su arte magnífico ejecutar la obra,
dentro de ti pintando; tú siendo lienzo.
318-omu G.S. (BCN-2012)