PETALOS DE NOCHE

DEPRESIÓN. Psicopoesía...

 

 

 

 

No reconoces la voz, entre tanto vacío,
-en la oscuridad-
no reconoces el silencio
entre tanta ausencia -no la reconoces-

y con ello duermes para no reconocerte...


Desde el punto cardinal de tu pecho

hasta la ecuación diferencial de tu boca...,

muerdes el asfalto
y con ello el pliegue
de tus cabellos sueltos

murmurando perderse
tras la muerte...

¡No me dejes! 

¡No te pierdas!

No acabes siendo brisa

para humedecer cadáveres
y con ello acabar siendo lágrima
-perdida- borrada de la vida,

en el acantilado vidrioso,
cuando ya pasan las nueve,
en el reloj tu vientre,

cuando.., los dientes se aferran al dolor,
sembrando noctámbulos sueños,

entre ayer y hoy, cuando dejaste morder la manzana
por el árbol, manchándote las costillas
entre la vida y el presente... 

¡Me dejas...!

mirando el cemento

clavarse en el asfalto,
y desde allí, nace un rostro desfigurado
con el eco torcido en mis labios,


-Deteniendo mis dedos,
-La manía de cortar los vanos-

sobre la nada de una pared pintada
cuando de roja escarlata
me pinta las venas, y con ello el brazo
camina a.., caerse, desvanecerse frente
a la sombra, de una rama quebrada,
entre el olvido, desertor de mi voz,

y de ti, cuando ya no me hablas,
cuando me dibujas el lodo en la cara,

siguiéndote..., en una sombra 
muerta en el pavimento,

-desde la oscuridad-
desde mi cuarto

suelo atarme al techo
para arrancar
el reloj de mi pecho...,


Y así esconderme
en silencio

cuando la sangre
hiere mis ojos,

cuando más no te veo,
y entre las rocas del cielo

mi vida se apaga...



Entre el acertijo de un ciclo, cuando menos sé, de saberte cercana, y tú con tus lágrimas me atas al cielo, y desde el cielo caen astros para desfigurarme la cara...