Avila

J

Mirar mi hogar, es como mirar

al desierto, camino en el espegismo de la verdad.

 

Me dentengo y observo, se siente

seco y frio.

 

Y me droga la soledad, iluciones de  fantasmas,

que juegan con migo, que me muerden y abrazan.

 

Dispierto para verme solo,

arrodillado abrazando a un nino de polvo.

 

Y me pongo a sonar,

una ves mas un hogar donde me llamen

papa.