Gloria Rivas

Ellos

 

 

 

¡PADRE!  

 

Un día decidiste el futuro alcanzar

Y emprendiste el viaje Llevando

 tus maletascargadas de ilusiones

Y dejaste atrás, allá entre las montañas

A tu madre, hermanos y  una casa vacía

Y leños encendidos en el fogón de abuela

Habías oído hablar de un lago y de unas torres

Debajo de las cuales emanaba  petróleo

De ese viscoso líquidodel color de la noche

Que en manos de los hombres les cumplía los sueños

Y te atacó una fiebre que en tu cuerpo hizo mella

En tu afán de cuidar a la familia entera.

Y el tiempo transcurría, Tu estirpe se agrandaba

Y con ella tus ansias de llegar a la meta.

Muy lejos estuviste de ingresar a la empresa

Pero no desmayaste y el camino encontraste

Carpintero de sueños Albañil de ilusiones

Arquitecto de ensueños Poeta,  bardo, vate....

Y cambiaste la mina por humilde oficina

Y entonaste canciones con los labios cerrados

Silbando El Conticinio Tal vez para escuchar

el lejano rumor de tu querido lar.

De  tu distante cuna,de tu añorado hogar.

Y tu imaginación llenabas con preciosas estrofas

De la  hermosa canción de nuestro Laudelino.

De la melodía que siempre te incitaba el grato soñar.

A tener un amor y a disipar en tu alma el acerbo dolor.

Y te marchaste un día llevándote tus sueños

y con ellos a la mujer a quien supiste amar.

A tu dulce ilusión,

quien trocó tu dolor en arrullos delquerer.

Y te alcanzó el silencio y te alcanzó el amor.

 

¡MADRE!

 

Valió la pena mamá, lo lograste

Y en el mundo dejaste Seis retoños

del vientre que un día amamantaste

Impulsándoles   sueños,    

 Valió la pena mamá, te lo aseguro.

Mujer recia, sabia, abnegada, buena.

Y recuerdo tu aroma, y recuerdo tu aliento

Te recuerdo doblada en  esforzado  intento

Cuando confeccionabas tus mejores diseños

dedicados a tus hijas, exclusivas modelos

Pedaleando, cortando, hilvanando, pensando.

y lágrimas enjugando, de tu rostro o mi rostro

Y a un lado del fogón donde nos cocinabas

esquisitos manjares, nuestro  diario sustento.

Y tus locas carreras por llegar donde fueras

Y tu constante risa y tu infaltable  ingenio

Te recuerdo rezando, te recuerdo implorando

El perdón a tus culpas por tus humanos  sueños

No olvido tus plegarias, no olvido tus consejos

No olvido tus sermones, no olvido tus recetas

Que buen día aplicaste en tu afanoso intento

De alcanzar  tu ambición

Cuyo objeto tenía que nosotros tus hijos

Gozaramos  lo que tu nunca habías gozado

Que tus hijos amaran y que fueran amados

Que tus hijos rieran, que tus hijos cantaran

Que tus hijos rezaran y que nunca sufrieran

Y también te marchaste y también nos dejaste

Un viernes como este hace toda una vida

Pero emprendiste el viaje acompñando al hombre

al mejor de los padres, artesano de sueños

al hombre  que alegró lo mejor de tus días

Cantándote al oído el dulce Conticinio.

Lo lograste mamá, te lo aseguro

Y aquí nos tienes mamá añorándote siempre

Recorriendo el camino que bien nos diseñaste.