Jean-Paul Saumon

La primera vez de Safo

La mañana posee el perfume de unos senos blancos.

Es el aroma del mármol desnudo

Mezclado con los olivos del campo.

Te levantas extasiada...sedienta de besos

Se desnuda Afrodita para posar ante tus versos

de sacro contorno.  Primero dibujas

cada cabello

que son como rayos de ocasos eternos.

Te embriagas con el aroma de su piel

que gotea un aceite chipriota.

Escribes sobre los labios duros

que se hacen espuma al tacto de tus dedos.

Necesitas tocar. Palpar la masa divina de su figura.

Sostenerse del torso y mirar a través de su valle.

Caer como cascada de su abdomen

Y recorrer las onduladas caderas,

Para cerrar los ojos. Morderse los labios.

Aguantarse las ganas. Lubricar el líbelo.

Y estancarse a dibujar las maravillas de su pubis etereo.

 

El sol, que es Hefestos celoso, Te levanta

Difuminando los humos del sueño.

Despiertas sedienta... sedienta de besos

Desnuda en tu cama. Desflorada por sus primeros deseos.