Ricardo Nogal

El atardeser de tus ojos

 

Recuerdo verte sentada, en una hamaca, pensativa;

mientras los ojos se alejaban al esconderse el sol,

dos lágrimas caían sobre tus piernas, mientras el cielo oscurecía,

tú quedabas sentada mientras la soledad se acercaba

en el último silencio de la tarde, el que versos me dictaba.

 

Sentada, sola acurrucada mientras el tiempo pasaba,

recuerdo cuanto me amabas, cuanta tristeza derramabas

sabiendo que nuestros cuerpos se alejaban por diferentes senderos,

alejados por el tiempo a los brazos del olvido.

 

Quisiera sentarme contigo a presenciar la tarde,

ver los ojos del día cerrarse mientras los de la noche abren,

con sus estrellas fijas, simbolizar nuestra herida,

abrirse, suave y lento; luego recordar que despierto,

de aquel horrible sueño en el que tu partes.

 

Sentada, triste, te veo hamacarte sobre el final de la tarde,

mientras vez los ojos apagarse como nuestro amor,

mis versos, que recuerdan tu cariño que del silencio emigra,

a otra tarde otro recuerdo donde estabas tendida

a mis brazos que aun te amaban.

 

Silencio, tiempo y despedida,

sentenciando los días que no podré verte,

pero podré tenerte rendida a mis brazos en el recuerdo,

aquel que no conocerá del tiempo, ni sabrá de los días,

aquel curara esas heridas que aun sienten mi pecho.

 

 

Ricardo Nogal.