Mariposa del bosque,
 dulce y alegre, 
 vuelas encima del alba
 que a distantes a mis ojos,
 te tiene abrazado los rayos celosos
 del cielo.
Caes pétalo de rosa,
 colorida y dolorosa,
 que alegran los recuerdos 
 al simple mirarte.
Lejana y risueña,
 es tu sonrisa abrazada de amor,
 y de ti he de saber vivir,
 pero sin ti no sé que vivir.
No sé que darte
 y que se lo difícil
que es elegir tu regalo.
 Se lo difícil,
 sacar esa sonrisa 
 que construye, 
 el puente amistoso
 que llega a tu alma 
 regocijada con flores y cariños.
No me merezco
 escribir de ti “belleza infinita”,
 criatura de Dios 
 que llega en soledad perpetua.
De ti mujer, de ti razón de ser,
 como olvidar tu dulce querer
 de infinita inspiración.
 Que hay de mi, 
 mujer de inesperada sorpresa.
 Te busco como siempre 
 como hombre en busca de su amada 
 o como lejana inspiración en busca de tu mirar.
Y solo tu mujer mariposa 
 rebosas corazones 
 en que los hombres dejan de mirar,
 para abrirte la puerta del amor.