Andrés Mª

MI PLUMA NO SIGUE A MIS DEDOS

Que se tiñan las aguas de cielos,

 con colores de perlas y plata

y el sonoro sonido del viento

enmudezca su voz sin palabras.

Las riberas repletas de lirios,

que se baten con espadas blancas,

atrincheran las aguas del río

con el verde que marca esperanza.

Y mi pluma no sigue a mis dedos,

que recrean dulces añoranzas

y se aferran a bellos encuentros,

que el pasado ha dejado en mi playa.

Y mi barca sigue navegando,

sin timón y sin vela, sin rumbo,

a la espera de un cambio profundo,

que dirija con fuerza mi mano.

Ilumíname estrella del norte,

que las noches son largas y frías.

Ilumina todo mi horizonte

y a mi barca llena de caricias.

 

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