Preisen

Enterrada viva.

En algún lugar oscuro se encuentra enterrada mi alma

 

lugar frío, cerrado, lleno de tierra,

 

la vida cleptómana me toma, me toma sin dejarme respirar,

 

la hipócrita vida, ella tan absurda me llena de vacios,

 

de agujeros.

 

Los malditos sepultureros me llevan mas abajo, me esconden

 

me tiran tierra en la cara, se burlan, se ríen,

 

me escupen…..

 

Qué hermoso circo, hermosos leones, rasguñan cada sentir de mi alma  

 

tanta tristeza ahoga mi alma, me hunde cada día más,

 

la cordura es mi enemiga, la locura mi aliada,

 

cada noche, cada soledad, cada oscuridad, recorre mi cara en forma de lagrima,

 

cada nuevo amanece, cada nuevo empezar, una nueva función

 

un día mas de tristeza de añorar cada calle recorrida,

 

quizás en algún lugar un príncipe, un sapo, un ogro,

 

simplemente un amor, me rescate,  me rescate de la tumba

 

que rodea mi cuerpo pálido.

 

Aquel día que desperté sintiendo esa hipocresía solo soledad me abarco,

 

la hipócrita cara de esa vida sin remedios, sin sonrisas verdaderas.

 

Veo personas sin rostros, niños sin juguetes, animales enfermos,

 

la guerra es más fácil de armar, las armas son más fácil de montar,

 

y hablar de sexo es pecado, hablar de hacer el amor es sacrilegio,

 

pero hablar de hambre, de pobrezas, de tristezas,

 

que significa, cual es el significado, en el diccionario solo palabras similares,

 

nada parecido.

 

Y el ogro, y mi príncipe, el sapo que sepa cavar tan al fondo

 

que me encuentre, que le escupa a leones, que los corra,

 

que los saque de encima mío, que descubra mi cuerpo,

 

que me lave, que me limpie, que sacuda la tierra que me cubre,

 

aunque cueste, aunque se llene de barro que sin cansarse hasta tocarme me

 

descubra,

 

me lleve a vivir a una ciudad utópica donde todos son felices, donde la realidad

 

no es la de ahora, no es la cruel tiranía de esos pocos, que se llenan

 

de soberbia, de relaciones dobles, de amantes, que no pueden manejar,

 

y otra vez la noche, otra vez la oscuridad que me lleva a gritar,

 

 

a buscar con desesperación un rostro en tanta tierra.