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Por un bocado divino



Describe tu mirada
un circulo que emana:
claridad con su luz,
transparencia vital,
paz espiritual,
un sí a la vida.
Didáctica, tiene habla.


Posees todo aquello que me incita al cortejo,
y no pido nada más,
que junto a ti poder abrazar,
la humedad fructifera y liviana de la mañana,
que posarme en tu rocío,
saludable y blanquecino,
y esperar sin desespero, permitiendo...
que sobre mi oido se posen tus latidos,
o despereces a las cigüeñas con tus palabras.


Contigo apercibo el valor de cardinales,
resplandezco agradeciendo la cercanía del norte.
Y ya sea como timonel o tripulante
de transatlántico o sencillo velero,
no dudo en disolver las distancias que nos separen.
Y a un poco de nada me quedo
de morir naufragando entre desvelos.
Y se lo debo...
al fruto jugoso de tu mirada.





Pierdan mis gestos el deje timido cual es furtivo.
Cacen las mariposas de tu volar mis sentidos.
Ellos quieren extenderse para abarcar,
la ribera donde reposan los secretos que quieres guardar.
Y poder besar -al fin- el mar,
que celoso proteje la inmensidad,
de tus divinos anhelos, de tus preciados tesoros.


Complace a mi piel tu tacto desnudo,
e imanta sonando a llamada, el campanilleo con voz,
del olor a pureza por tu cuerpo esparcido.
Que sonsaca de mi arpa un estupendo vibrado,
y seduce infiltrándose, penetra y atrae
recorriendo mi ser; al duende que hay vivo.
Y acude por estar complacido
con la esencia natural de tus entrañas.


Mi olfato me traiciona;
aroma oido me demandas para que vaya,
para me vuelva confeso del irrefrenable deseo,
y como hombre apresado en la falta de juicio,
que es llevado en volandas por grato delirio...
desprenda esa exhalación que...igual crea como empaña.


Ya mi tronco recuerda instintivo,
y resurgen entre las novatas y tiernas hojas
el cantico de un lindo pico y a su vera un nido.
Y a mi tronco le crecen las ramas,
él extiende la ingravidez con sus alas,
posiciona sus acerados huesos de olivo,
y despertando aceitunas aceita deberes.


Linda paloma: exhoneras la vejez
y recuperas a la juventud de su extravío.
Tornas a lo antiguo magnificente
al ser sincero y libre tu vuelo,
horadado con sencillez y simplemente,
el dictado honrado y verdadero
en que me reconozco vivo,
que me delata, que me resalta, que me descubre.



318-omu G.S. (BCN-2012)