Virginia de Albán

MÁS ALLÁ DE MI ALIENTO

 

Casi desnuda de tantos ayeres,

hoy llego hasta tus manos.

 

¡Ah, que la noche aún no se detenga!

Más allá de esta sombra

que no es sombra,

sino esta piel que estremece

en ellas todo el cielo.

 

¡Cómo tienta la desnudez

 revestida del aire!

 

Cuando me tomas

 con la sola prontitud de tus besos,

galopantes estrellas

sobre mi cuerpo que en ti

despierta para siempre.

 

¡Ah, bandada nocturna

de besos que no duermen!

 

Dame tus manos amor,

para tactar el mundo que te nombra,

más allá de mi aliento,

más allá del relámpago

todavía en celo.

 

Por eso este poema

-míralo- amor:

Son dos alas

continuas que me bastan.