nelida anderson parini

Aquella Primera Noche

Acabamos de cenar…

Sobremesa de alegría…

Con sonrisas departía,

nuestro afán de conversar.

 

Era hermoso aquel lugar.

Y mejor la compañía.

Nada más se requería,

para empezar a soñar…

 

La luna con su alumbrar,

maravillas descorría.

Mientras tu mano y la mía,

platicaban sin cesar…

 

Suele la noche hechizar,

con mística brujería,

invocando fantasía,

dando placer al pensar.

 

Nunca llegué a sospechar,

que su poción serviría.

Y entre sorbos bebería,

de las mieles del amar.

 

 Y en un lejano arrullar,

de la sutil melodía,

el corazón comprendía,

 su deuda venía a saldar.

 

Noche  de dulce cantar,

 resguardándonos del  día,

cuando el corazón vertía,

ternuras al suspirar…

 

Resplandor en titilar,

desde el cielo provenía,

cuando su estrella surgía,

de mi noche a iluminar.

 

Terminamos de cenar,

y mi mano sostenía…

Ya el viento lo repetía:

El amor vuelve a brillar…