PETALOS DE NOCHE

En realidad, Vicios que vuelven...

 

 

Olanzapina y Fluoxetina... Un poco de cerveza...
(Drogas, y un cielo al ánimo) (Vicio quita la sed)



Y, desde aquí,

aquí en pequeñito,
aquí en el ferroviario,
cruzando
desde el andén de tu cuerpo,
hasta el paradero de tu sonrisa,

elocuente muestra
virginal
de quitarme la mirada,
en un beso una copa,

una lágrima tal vez,
y debajo de la falda,

cuncunas
tiritando 
al revés... 

 


Te quiero lo he dicho,

Te quiero cuando me besas,

cuando clavas con tus uñas
el tácito deseo,

y te quiero,

y al siguiente nivel te amo...

Y, "Morrissey" me quita los oídos,
también el alma,
y sobre todo, con su consejo
me quita el futuro:
"Sé que amas a una persona así que,
 ¿Por qué no puedes amar a dos?" 

A dos, ámame y luego ama al otro,
y dignemos el pasado,

y otra vez los "The Smiths"
jalea en mis venas,

de una oración retocada,
sobre el pezón erecto
ancla de la cama...


Y. Aquí, entre el silencio
-la noche vomitada de estrellas,
entre el azulejo
articulado de la frente
orgásmica de quiebres,

-fisuras-

en espejos
emergentes
-en el papel
calvo
en donde
caes, cayendo
siendo dieciséis,
moviendo el pedestal
y la flecha tristemente
arrancada de costillas
aún respirando soledad...

Y no me queda más,
que aguantar
el día, tal vez la noche,

en espera de tu crisálida cabellera

saturando

el vacío
que provocas,

aquí en el sitial
retocando el pezón musical,
en la llanura del gemido
-agujero de pasiones-


Cambia el dial!!! El dial,
¡Por favor no me dejes en la pecera!

de nuevo pensando
en eso, en...
que otra vez te quiero,

y el aliento me quitas,
y el deseo lo invento,

y el te amo aún sigue soñando,

tal vez debajo de la alfombra
encuentre hormigas disecadas,

y entre fisuras tu rostro de almohada,
tan blanca; tan cálida
y fría como el cadáver
expuesto allá fuera,

entre el pavimento
escrutando
moscas y portadas...
-en el diario matutino-

En donde alguna vez
sentí algo más de amor,

y otras veces
quise degollar a ese corazón,

y en olvido una flor, una rosa, unos chocolates,
una fecha, un 14, un aroma, un rostro, una carta...

Tal vez un adiós...

El dial, me cambio y con ello pasé a ser parte de otra canción...
-Hoy, vuelvo, escuchando Morrissey-