Preisen

Piel y Huesos

El día pasa tan lento las horas se congelan en su cama

tan lleno de vida, tan falto de energía.

me encanta saber que pude sentirte respirar.

No voy a olvidar aquel rostro lleno de cielos,

con esos ojos tan amorosos, con ese no sé qué…

de hombre tan perfecto, tan señor,

recuerdo tu manera de caminar, tus formas al andar.

Llena mi alma de alegría ver esos recuerdos plasmados en fotografías

donde yo niña sentada en tu regazo soñaba con un mundo de tetas, pañales y chupetes

y vos veías al mundo tan distinto tan grande tan lleno de amores,

las frutas, tus más fieles amigas, tus compañeras de rutas,

esa balsa, balsa que zarpaba llevándote a lugares tan diferentes a los tuyos,

vos tan aventurero, y esa dama tan arrasadora como compañera

te devolvía siempre al mismo lugar.

Vos tan de todos, tan mío, tan lleno de piel y huesos,

hoy, hoy día no sé cómo llamar tu atención,

ya ni recuerdas mi nombre, solo soy esa simple muchacha a la que llamas

“margarita”, “juanita”, pero te amo, te amo con todos esos nombres en mi piel.

Te adoro con mi alma tan vencida por esa loca decisión de tu cabeza de no recordar nada,

solo por esas neuronas tan cargadas de aventuras, tan llenas de recuerdos,

y sé que en ese minúsculo lugar de tu corazón yo estoy, quisiera solo decirte

cuanto amo, tu manera de andar, tus manos tan gigantes que acompañaron mi caminar

amo tu forma hasta de escupirle a la vida, esos ojos tan llenos de mares turbulentos,

de océanos llenos de paz.

Ella, esa sombra ya te espera te acecha, y con ella mi miedo,

mis ganas de correrla a escobazos, de solo poder verla,

 de solo poder saber qué día

te va a buscar,

no por favor no, de solo pensarlo mis ojos se llenan de lagrimas,

de dolores, de soledad, mi corazón no aguanta ese silencio en tus palabras

no soporto la idea de no saberte más despierto,

no quiero escuchar ese aparato sonar solo para avisar que ya no estás

por las noches ya ni se atiende ese famoso sonar, porque no quiero escuchar

esa verdad, ese sin sentido de la muerte, no ella no puede vencerte,

no puede ganarte, porque sos mío porque te quiero para mi,

te amo, necesito que me escuches, que me mires.

Necesito mirarte, necesito mirar tu piel tan reseca de los años aventureros,

Tu cabeza tan calva, necesito preguntarte “me quieres”…

Hoy tu respuesta fue solo con una mano diciendo si más o menos “margarita”.