FELINA

¡GRIETAS EN EL ALMA!

 

¡Entonces… se fue agrietando el alma!

corriendo por allí, las lágrimas amargas

y un sopor de tristeza cobijó la cara,

el tiempo no paró, las horas eran largas.

 

La lluvia arreciaba golpeando la ventana,

los ojos se nublaban sin encontrar la calma,

pero de tanto frío se estremecía el alma,

seguía esperándole, apoyada en la chambrana.

 

Vi  la esperanza correr a toda prisa,

corría veloz huyendo de la brisa,

buscando un refugio donde ampararse,

y una tierra seca, donde guarecerse.

 

 No había una fogata que le calentara,

 no había un sol que el camino le alumbrase,

en esa oquedad, ni un rayo de luz entraba,

en esa oscuridad donde estaba acorralada.

Felina

Grietas en el alma

 

En esa oscuridad donde estaba acorralada,

en esa oquedad, ni un rayo de luz entraba,

no había un sol que el camino le alumbrase,

no había una fogata que le calentara.

 

Buscando un refugio donde ampararse

y una tierra seca, donde guarecerse,

vi correr la esperanza a toda prisa,

corría veloz huyendo de la brisa.

 

Esperándole seguía, apoyada en la chambrana,

pero de tanto frío se estremecía el alma,

los ojos se nublaban sin encontrar la calma,

La lluvia arreciaba golpeando la ventana.

 

El tiempo no paró, las horas eran largas

y un sopor de tristeza cobijó la cara,

corriendo por allí, las lágrimas amargas…

¡Entonces… se fue agrietando el alma!

Felina