Gerson E. A. Arenivar

Te amo.

Te soñé un día entre mis sombras

mientras que errante en mi camino,

de mis ensoñaciones perdido,

me veía acechado por las tropas

de mis innumerables miedos,

triste y herido y amedrentado,

ya sin esperanzas y agotado,

esperando, tan solo, que dispuestos  

cayeran mis miedos sobre mi carne.

Pero te vi en mi sueño abrirte paso

trayendo, para mí, entre tus manos

la realidad de que podía amarte.  

Y con ternura me regalaste tu abrazo,

para infundir valor a mi pecho

con el suave roce de tu beso,

y te amo, mi vida, ¡cómo te amo!