Angel Reyes Burgos

Amor en el paraíso...

Una brisa suave que proviene de una nube con forma de rostro de anciano, me hace abrir los ojos.
Me encuentro desnudo tumbado bajo un manzano y a mi lado una bellisima joven desnuda,
nos miramos a los ojos y la atracción resulta irresistible.

Mis labios se posan en los suyos sin mediar palabra, cierra los ojos y el deseo irresistible que me embarga, me hace viajar hasta dos guindas que desafiando la ley de la gravedad, apuntan hacia el cielo.
Tomo una con mis labios y juego con la otra con las yemas de mis dedos hasta provocarle un gemido de placer. Mis labios siguen el camino de su paraíso y sus piernas se separan, lo rodeo para darle pequeños besos en el interior de los muslos haciéndole estremecer de placer.

Me atrae con impaciencia hasta su boca y sin dejar de besarme, fundimos nuestros cuerpos en el primer baile que contempla el paraíso. Cuando exhaustos nos tendemos de nuevo contemplando el cielo tomados de la mano, las manzanas se nos presentan tentadoras ante nosotros y tomando una la muerdo y se la doy sin miedo al castigo. Dios generoso por contemplar tanto amor en esa entrega, cierra los ojos, sonríe y nuestros descendientes, jamas fueron castigados y la humanidad vivió sin llanto y quebrantamiento de las almas...

Dios infinito del cielo

que a la mujer creaste

para ser mi gran consuelo

mi alegría y baluarte

con el que llego hasta ti

para alabarte y honrarte.  


Dios de la misericordia

que el amor en mi plantaste

para cumplir con amor

este amor que me dejaste

para plantar la semilla

en el vientre de mi amante.  


Dios de máxima bondad

que por comer de tu fruto

no me vas a castigar....

por que no hay fruto prohibido

cuando se ama de verdad

y en este amor que me diste

no hay pecado original...  


Ángel Reyes